Opúsculo crepuscular basado en la miríada de pensamientos que se fueron al llegar. Nonatos de mí peregrinar por la vida, miasmas pestilentes que destilan todas las últimas sensaciones de cada uno de los sentimientos que en esos momentos me acompañaban. Vanidades fatuas que no vieron otra aurora que la del día de su aparición y desvanecimiento. Momentos personales enfrentado al lento e irreversible marchar del reloj, llenando espacios, aclarando ( ¿ ) posiciones ante la vida, entreviendo la microscópica de la lenta, indetenible, e incurable, ración de locura que a todos nos atormenta.
Puntos de vista sobre diversos aspectos que, por azar del destino, afloraron en mi mente en momentos de letargo en el transito o en instantes de búsqueda, tal vez infructuosa, de ordenamientos lógicos sobre aspectos que parecían como demasiado importantes para dejarlos pasar por alto sin siquiera darles una vuelta.
Vanidad, pura y simple vanidad, cargada en mi morral de caminante presuntuoso. Vanidad que hace peso y carga la espalda con su mole, impidiendo que los ojos vean más allá de la nariz, limitando el mundo al espacio conocido, la razón a lo aprendido, la relación a lo vivido, la verdad a lo establecido.
Esperanza en el compartir con aquellos otros caminantes que, en algún momento de su vida, hacen un alto en su camino y revisan la experiencia vivida, al reflejo de otras experiencias, propias o ajenas, que en común tienen el haber proporcionado esa compañía que ayudó a transitar el camino.
Frases de otras persomas, que me han impactado y por ello las muestro en agradecimiento, pensamientos de la familia humana, aunque a veces estemos de acuerdo en que cada vez que conozco mejor a los humanos, aumenta mi cariño por mi perro
Agradecimiento a quienes he tenido el honor de conocer, a quienes me han brindado su sabiduría pensando que tal vez, solo eso, tal vez, pudiera hacer algo con ella; agradecer, a quienes trascienden con su vida aun cuando no sepamos que peldaño de la escalera se encuentran compartiendo.
Agradecimiento a quienes he tenido el honor de conocer, a quienes me han brindado su sabiduría pensando que tal vez, solo eso, tal vez, pudiera hacer algo con ella; agradecer, a quienes trascienden con su vida aun cuando no sepamos que peldaño de la escalera se encuentran compartiendo.
Caminar ha sido para mi más que una orden medica, ha sido el principio de una serie infinita de vaivenes en donde encontrar maravillosas personas. Quiero mostrar lo orgulloso que estoy por haber tenido la oportunidad de acercarme a ellas y compartir algunas de las muchas galleticas de felicidad que me brindaron.
Gracias a todos cuantos me han ayudado y tambien a quienes no lo hicieron, todos me dieron oportunidad de aprender, a la buena o a la dificil; gracias por todos los momentos compartidos, gracias por hacer que en los más diversos acontecimientos piense en ellos y en como ellos estuviesen atacando estas situaciones.
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